Neurorehabilitación: un desafío urgente para el sistema de salud chileno, público y privado

Las enfermedades neurológicas y los accidentes cerebrovasculares se han posicionado como una de las principales causas de discapacidad en Chile. Se estima que cada año ocurren más de 25.000 accidentes cerebrovasculares en el país, convirtiéndose en la primera causa de discapacidad en adultos mayores y en una de las principales razones de dependencia en personas en edad productiva.

A pesar de su alta prevalencia, el acceso a la neurorehabilitación sigue siendo limitado y profundamente desigual, tanto en el sistema público como en el privado. Miles de pacientes quedan al margen de la posibilidad de recuperar su funcionalidad y autonomía debido a las barreras estructurales y geográficas que presenta el sistema de salud chileno.

La neurorehabilitación es un proceso clave para la recuperación de funciones motoras, cognitivas y del lenguaje tras un daño neurológico. La evidencia internacional demuestra que una intervención temprana y continua mejora significativamente los resultados funcionales y la calidad de vida. Sin embargo, en Chile, la escasez de infraestructura, centros especializados y profesionales capacitados limita seriamente estas oportunidades.

Actualmente, existen cerca de 15 centros especializados en neurorehabilitación a nivel nacional, la mayoría concentrados en la Región Metropolitana. Esta centralización genera profundas brechas territoriales, dejando a pacientes de regiones sin acceso a tratamientos oportunos. En el sistema público, los tiempos de espera pueden superar los seis meses, lo que afecta negativamente el pronóstico funcional de las personas que requieren rehabilitación.

Frente a este escenario, es urgente que Chile fortalezca su red de neurorehabilitación mediante una estrategia nacional que contemple inversión sostenida tanto en el sistema público como en el privado. Esto implica ampliar la red de centros con equipamiento adecuado, como gimnasios terapéuticos bien dotados, y promover la formación continua de profesionales en disciplinas esenciales para este proceso: fisiatría, kinesiología, terapia ocupacional y fonoaudiología.

Si aspiramos a una sociedad más inclusiva y equitativa, debemos dejar de considerar la rehabilitación como un servicio complementario y empezar a reconocerla como un derecho fundamental. Apostar por la neurorehabilitación es apostar por la dignidad, la autonomía y la integración de miles de personas que hoy enfrentan la discapacidad sin acceso a tratamientos oportunos y adecuados.