¿Qué sucede con la cognición después de un ACV?
Tras un accidente cerebrovascular (ACV), no solo se ven afectadas las funciones motoras. Muchas personas también presentan cambios en su memoria, atención, velocidad mental o capacidad para organizar ideas. Estos síntomas pueden aparecer incluso en pacientes que recuperan bien su movilidad.
Este conjunto de alteraciones se conoce como trastorno cognitivo post-ACV. Afecta funciones mentales esenciales para la vida diaria, impactando la autonomía, la toma de decisiones, la relación con otros y la calidad de vida.
¿Cómo se manifiesta?
Algunas señales frecuentes son:
- Dificultad para recordar cosas recientes
- Problemas para concentrarse
- Lentitud en pensar o reaccionar
- Desorganización para realizar tareas
- Confusión con fechas o lugares
Cambios en el juicio o en la toma de decisiones
En casos más severos, puede avanzar hacia una demencia vascular.
¿Por qué ocurre?
El daño cerebral provocado por el ACV puede interrumpir las redes cerebrales que controlan funciones cognitivas. El riesgo aumenta si el ACV afecta zonas como el lóbulo frontal, el tálamo o áreas profundas que conectan distintas regiones del cerebro.Según estudios recientes, más del 50 % de los pacientes con ACV presentan algún nivel de deterioro cognitivo en los primeros meses. (Sexton et al., 2022)
¿Cómo se trata?
El abordaje del trastorno cognitivo post-ACV requiere una intervención multi e interdisciplinaria y sostenida, basada en evidencia científica. La literatura médica respalda el uso combinado de:
- Estimulación cognitiva estructurada: ejercicios que fortalecen memoria, atención, funciones ejecutivas y lenguaje.
- Ejercicio físico regular: se ha demostrado que mejora el funcionamiento cerebral y potencia la neuroplasticidad.
- Apoyo psicológico: para manejar el impacto emocional del deterioro cognitivo.
- Educación a la familia o cuidadores: clave para sostener rutinas, hábitos y reforzar lo aprendido.
- Uso de tecnología complementaria: como plataformas digitales, realidad virtual o estimulación cerebral no invasiva.
Desde el compromiso institucional de Clínica San Andrés, entendemos que estas intervenciones deben adaptarse a cada persona, considerando su entorno, su historia y sus necesidades específicas. Promovemos un enfoque humano, centrado en el paciente y su familia, que favorezca su autonomía y calidad de vida.
La importancia de actuar a tiempo
La recuperación cognitiva depende en gran parte de la detección temprana y del inicio de intervenciones en etapas agudas. Sin embargo, la alteración de funciones cognitivas puede darse meses después de haber sufrido un ACV, siendo importante consultar a un especialista a tiempo, ya que en los primeros meses post-ACV, el cerebro muestra una mayor capacidad de reorganizarse (neuroplasticidad). No obstante, nunca es tarde para empezar: con el tratamiento adecuado, aún es posible lograr avances significativos.
Nuestro compromiso en el Mes del ACV
En Clínica San Andrés, reafirmamos nuestro compromiso con el cuidado integral de las personas que han sufrido un ACV. Reconocemos que cada avance en la recuperación cognitiva es fruto del esfuerzo del paciente, su familia y un equipo profesional comprometido. Acompañamos cada paso con responsabilidad, ciencia y humanidad.